Límite 192 horas
- juanalberti

- 27 ene 2019
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Varios gobiernos europeos han secundado la iniciativa del Gobierno de España de dar un plazo de 8 días a Maduro para convocar elecciones libres, trasparentes y democráticas, en caso contrario podrían reconocer a Guaidó como legítimo presidente de Venezuela.
Si Guaidó fuera legítimo, no debería darse ningún plazo para reconocerlo, si Maduro no fuera legítimo, no podría convocar elecciones, este es un silogismo político de difícil entendimiento.
No hace falta ser un experto en la Constitución venezolana, no hace falta ni conocerla para afirmar que un señor en una plaza autoproclamandose presidente del país no debería merecer nuestro respeto, por muy Presidente de la Asamblea Nacional que sea, quizás más por ello para no hacerlo, si en Venezuela no hay elecciones libres, cómo es que el líder de la oposición preside la Asamblea Nacional?, quién le eligió sino la ciudadanía venezolana?
Tampoco hay que tener mucho conocimiento de la historia de America Latina para saber que con la velocidad con la que Trump reconoció a Guaidó más parece que primero fue el apoyo de Trump y después la autoproclamación que lo contrario.
Que Venezuela pasa por una situación crítica no cabe duda, es una sociedad que ha venido viviendo del petróleo, han estado poniendo en el mercado 3 millones de barriles diarios cuando el barril de su petróleo se pagaba a 100 USD, actualmente esas cifras no alcanzan apenas los 700 mil barriles a poco más de 60 USD, la caída de los ingresos naturalmente se ha hecho notar en la calidad y nivel de vida de los venezolanos, por otra parte no vamos a descubrir ahora la personalidad de Maduro, no, no es el líder más democrático posible, pero si pensamos que su vecino del norte está gobernado por un señor que no ganó el voto popular, sobre el que hay más que fundadas sospechas de fraude en al menos dos estados, sobre el que pesa la acusación de haber manipulado el proceso electoral a base de fakenews sobre su rival, que es capaz de mantener un "cierre de gobierno" durante 35 días dejando sin cobrar a cerca de 800.000 trabajadores públicos, que niega el derecho de nacionalidad a los nacidos en el país, que derogando el Obamacare deja a millones de personas sin asistencia sanitaria, que quiere nombrar a su hija presidenta del Banco Mundial, que no distingue entre la presidencia de su país y sus negocios particulares, que incumple todos y cada uno de los Acuerdos Internacionales firmados por sus antecesores, muy especialmente en lo referido a la protección ambiental y la lucha contra el cambio climático, casi que podemos pensar que tampoco desentona tanto.
La autoproclamación de Guaidó obtuvo el respaldo instantáneo de Trump y Bolsonaro, pero también de parte de la Banca Internacional que ha llegado a negar la retirada de fondos al Gobierno venezolano por no reconocerlo como legítimo, también ha tenido el apoyo inmediato de la derecha española, el PP de Casado y Rivera se han precipitado a reclamar el reconocimiento del golpista, han competido entre ellos por ver quién descalificaba más al Presidente legítimo del Gobierno de España por no reconocer al golpista venezolano, con estos mimbres y con los ojos cerrados deberíamos tener suficientes datos como para saber que hay que situarse contra el golpe y los que lo alientan.
El equilibrio en la Unión Europea nunca es sencillo, pero hasta ahora siempre siempre se pronunció a favor de la legalidad vigente, siempre siempre se pronunció por las vías democráticas y así lo hizo en primera instancia ante la crisis provocada en Venezuela por el Presidente de la Asamblea Nacional negando la legitimidad del Presidente de la República.
Nos equivocamos, no debemos apoyar un golpe que ya lleva causadas más de 25 víctimas mortales y que en el caso de que Guaidó consiga el apoyo de parte del ejercito venezolano terminará en una guerra civil.
Cualquier llamada al diálogo, a la solución de los conflictos por la vía democrática sea bienvenida, pero tomar partido por el golpe, tomar partido por la desligitimidad no es la solución.
Las elecciones legislativas de 2015 dieron la victoria al grupo opositor a Maduro y tienen un mandato hasta 2020, hace solo unos días Guaidó fue elegido Presidente de la Asamblea Nacional y le flató tiempo para su autoproclamación como Presidente de la República, claramente estamos ante un plan perfectamente organizado, es un golpe en toda la regla.
En Mayo pasado Maduro revalidó su mayoría en la presidenciales venezolanas y su toma de posesión también acaba de producirse el 10 de enero pasado.
El conflicto está servido, Trump y Bolsonaro encabezan la lista de los países que apoyan el golpe y reconocen a Guaidó como presidente ¨legítimo", Rusia, China encabezan la lista de los países que no lo reconocen y mantienen la legalidad vigente en Venezuela.
Europa debería mantenerse con la legalidad y no, no puede ser legal en ningún caso que un señor en una plaza se autoproclame presidente de nada.
El Gobierno de España se equivoca, no podemos apoyar un golpe, no podemos caer en que esta autoproclamación tenga legitimidad, no, no la tiene.
Y, después de las 192 horas, qué? y sobre todo quién?




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