Alcoa, crónica de una crisis anunciada
- juanalberti

- 16 ene 2019
- 4 Min. de lectura
Se anuncia en la noche del 14 de enero un Acuerdo entre Sindicatos, Empresa y Gobierno para dar una moratoria de 6 meses al cierre de las instalaciones, la inyección de 20 M€ y la búsqueda de inversores que puedan comprar las fabricas amenazadas por el cierre.
La producción de aluminio en España se inició a finales de los años 40 con la primera instalación de la Empresa Nacional de Aluminio (ENDASA) en Aviles y Valladolid y se reforzó con las instalaciones de San Ciprián al final de la década de los 70.
Posteriormente pasó a denominarse INESPAL y lideraba la producción de Aluminio hasta que en 1998 fue privatizada por el Gobierno de Aznar por un precio ¨más que simbólico" a la multinacional ALCOA, alrededor de 400 M€ de los que 200 se utilizaron en saldar las deudas laborales.
Posteriormente, los Gobiernos de Rajoy subvencionaron entre 2014 y 2018 la factura energética con cerca de 1.000 M€ parando así el ERE que planteaba la compañía en ese año.
Las continuas crisis anunciadas por el gigante mundial del aluminio y la constante consecución de ayudas y subvenciones con la amenaza del cierre y los despidos colectivos, merecen algunas reflexiones.
- La privatización del sector público español realizada por Aznar supuso una grave debilitación de nuestra economía y la perdida absoluta de control sobre los efectos del mercado, los gobiernos de Aznar vendieron como un milagro económico lo que fue el saqueo y desmantelamiento del tejido industrial que se había fortalecido y modernizado en el periodo anterior como consecuencia de nuestra incorporación a la Unión Europea y después de los sucesivos Planes de Reindustrialización.
Se vendió o malvendió todo, incluido el suelo público, con ello se "hizo caja" y se nos vendió como un éxito de gestión cuando en realidad fue una "liquidación por derribo".
- Una vez en manos de grandes multinacionales, la industria española pasó a tener una debilidad extrema ya que las decisiones sobre las instalaciones industriales empezaron a tomarse a miles de kilómetros de distancia y por ejecutivos absolutamente desvinculados de los territorios, de los trabajadores y del país.
- La globalización produce muchos efectos, entre otros la deslocalización de la producción, los costes de producción depende de varios factores:
- El precio del suelo para instalarse.
- El precio del transporte para el envío de las materias primas y la distribución del producto final.
- Los impuestos locales.
- La tecnología.
- El coste de las materias primas.
- El coste de la mano de obra.
- La energía.
- Las garantías jurídicas.
- Finalmente, la globalización genera un curioso fenómeno, la industria compite en primera instancia consigo misma, el decir, las fabricas de Volkswagen o Renault compiten en principio entre ellas para la toma de decisión de en qué fabrica se producirá el nuevo modelo, claro que las marcas compiten unas contra otras, pero, lo primero, todas las fabricas de Renault en el mundo compiten para ser las elegidas, a riesgo de cierre o disminución de plantillas si no lo son, para fabricar el nuevo modelo, en la producción del aluminio pasa lo mismo, Alcoa compite en el mercado internacional del aluminio, pero las distintas fabricas de Alcoa compiten entre ellas para llevarse la producción de la marca.
Y ahí, ahí intervienen los Gobiernos, facilitando las instalación, reduciendo impuestos, facilitando los terrenos, otorgando garantías jurídicas para "abaratar" los costes de producción e intervienen los sindicatos, aceptando condiciones más desfavorables para garantizar la continuidad de los empleos, aceptando el incobro de horas extras o aceptando la contratación de trabajadores "fuera de convenio".
Los costes se han equiparado en todo el mundo, hoy los costes del transporte internacional son prácticamente irrelevantes, no llega a 1 centavo de USD/kg poner un producto en "la otra punta del mundo", lo importante es el tiempo, por eso se construyen grandes infraestructuras de transporte, puertos, carreteras, ferrocarriles que permitan el rápido transporte.
Las tecnologías se exportan a través de las propias multinacionales que son las titulares de las instalaciones.
La mano de obra, cada vez más pareja, más precaria, solo la especialización puede ser el elemento diferenciador pero con la mecanización y la robotización, a su vez cada vez más irrelevante.
La energía, y ahí ha estado el "quiz de la cuestión" de Alcoa en España, mientras se ha podido beneficiar de ayudas y subvenciones al coste de la energía, han mantenido la producción en "términos de compititividad", pero en España la energía es muy cara y Alcoa como otras instalaciones grandes consumidoras precisan de ayudas para mantener los costes de producción en términos semejantes a otros países de nuestro entorno, no deja de ser dramático que esa energía costosísima solo la paguen las familias y se subvencione a las grandes corporaciones.
Y en este contexto, Alcoa presenta un ERE por la totalidad de la plantilla y el cierre de las instalaciones, no es la primera vez, el mercado del aluminio como muchos otros es fluctuante, cada vez que hay una caída de la demanda o un exceso de oferta en el mercado mundial, Alcoa plantea el cierre de instalaciones, la reducción de plantillas y, en el caso de España el correspondiente ERE, como ya se ha dicho el último ERE lo presentaron en 2014, el Gobierno del PP ha subvencionado con 1.000 M€ la factura eléctrica para evitar ese ERE.
Ahora se plantea una moratoria y la búsqueda de nuevos inversores que "sustituyan" a Alcoa.
Los grandes productores mundiales de aluminio son los chinos pero las primeras empresas son Rusal (Rusa) y Alcoa (EEUU), en España hay varios fabricantes, todos ellos de pequeña entidad y que además se nutren del producto producido por Alcoa, la alúmina que se utiliza en la fabricación del aluminio, podrían hacerse con las instalaciones pero, hay que considerar que Alcoa "controla el mercado", las materias primas, la tecnología, desde el Gobierno y el Ministerio de Industria deben trabajar con el sector para, con las ayudas que sean necesarias, suplir al gigante americano.
No será tarea fácil pero si los 1.000 M€ se hubieran destinado a consolidar el sector en España, posiblemente hoy no estaríamos volviendo a preguntarnos cuánto nos va a volver a costar la amenaza de Alcoa.




Comentarios