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G 20

Como todos los años, las 20 mayores economías del mundo se reúnen para fijar las normas por las que se regirán en el futuro, se reúnen para renovar sus votos por las economías neo-liberales y establecer tratados de libre comercio entre los distintos grupos de presión, tratados que garanticen la libre circulación de los productos y favorezcan la deslocalización de la producción.


También como todos los años, se producen importantes protestas en la ciudad donde se celebra la cumbre, la población reclama unas políticas económicas que pongan en el centro del debate a las personas y no a las mercancías, unas políticas económicas y tratados de comercio que sean respetuosos con los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras, que contribuyan a la mejora de sus condiciones de vida y no ahonden en el deterioro y precarización de las condiciones laborales.


La cumbre que estos días se celebra en Buenos Aires no podía ser menos pero, en esta ocasión, las políticas económicas, los tratados y la puesta en escena del "poderío de los 20" tiene, necesariamente que pasar a un segundo plano; la presencia de Mohamed Bin Salmán, más que sospechoso de ser el impulsor del terrible asesinato de Khashoggi, asesinato que supone además un gravísimo atentado contra la libertad de expresión, los conflictos bélicos en Yemen que se desangra durante 3 años de guerra civil y en la que se exterminan poblaciones de civiles, guerra que mantiene Saudi Arabia con la complicidad y el silencio de EE.UU., UK y la mayoría de los países miembros del G20.


El conflicto en Ucrania que empieza a tomar una deriva que deberíamos atajar ya, antes de que tengamos que lamentar aún más.


La tensión entre Trump y Putin, la tensión entre Trump y México, pese a la firma de acuerdos con Peña Nieto a pocas horas de la toma de posesión de Lopez Obrador.


Las políticas proteccionistas de Trump, las dificultades para firmar los tratados de libre comercio con China y la falta de autoridad de Macri para impulsar los acuerdos marcan inevitablemente la cumbre.


Sin la firma de grandes acuerdos que pudieran "maquillar" el encuentro, la cumbre de Buenos Aires es la puesta en escena del fracaso de las políticas neo-liberales que se impulsan desde el G20 y debería servir para que los graves problemas a los que nos enfrentamos; las crisis humanitarias, la emigración, el cambio climático, las desigualdades y la pobreza pasen a ocupar finalmente las agendas en los foros internacionales.

 
 
 

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